Maximiliano Skinner, un alto ejecutivo de una empresa que opera en la industria de valores, recibe la noticia de la muerte de su tío Henry, sólo la persona que se hizo cargo de él durante su infancia después de la pérdida de sus padres. Max decide trasladarse desde Londres, su lugar de residencia habitual, a un pequeño pueblo en Bretaña. Maximiliano es responsable de la firma, a petición del notario en servicio, los poderes heredar la granja propiedad de su tío, y los viñedos que la rodean. Después de pasar unos días en las que tuvo su casa por unos pocos meses de su infancia, Max decide quedarse para recordar el pasado con su querido tío, a la espera de saber lo que puede deparar el futuro.